
GUADALUPE ARELLANO CABRERA, Alumna del 3er. Semestre de la Licenciatura en Psicología Educativa, Universidad Pedagógica Nacional, Sede 05 Zacapoaxtla Pue.
El país está repleto de problemas ambientales pero uno de los principales y más sonados es la contaminación.
Se corrompe con la estabilidad de la naturaleza, todos contaminamos y por ello no es justo que muchos pretendan vanagloriarse diciendo que no lo hacen, aunque de una u otra manera sí lo hagan.
Es paradójico creer que sin hacer nada podemos dejar de contaminar, lo que necesitamos es pasar de las palabras a la acción.
Algunas personas crean una polarización entre los que “nunca” y los que “siempre” contaminan. La realidad nos dice que aunque tomemos medidas como reciclar, el asunto es complicado porque existen muchos productos que son difíciles de reciclar, lo más efectivo sería el transformar la producción de las fábricas para disminuir sus efectos nocivos en el ambiente.
Pero nadie dice nada, o al menos nadie quiere escuchar a los que dicen algo al respecto y mucho de lo que cotidianamente hacemos queda en la impunidad.
Todos sabemos que estamos acabando con el medio ambiente, sabemos que desechar basura o plásticos, extermina y contamina ríos, sabemos que quemar basura contamina nuestro aire, pero no hacemos nada por cambiar nuestros estilos de vida.
Sabemos que esto es ilícito y no sólo por el hecho de hacerlo sino por los graves daños que estamos provocando a la naturaleza.
Estamos destruyendo el mundo en un fast track, estamos infiltrando problemas que el mundo no imaginaba o que al menos muchos de nosotros pudimos haber evitado.
Creemos que la naturaleza es indolente, que es sólo un panorama lindo y ya, pero esto no es así, es sin duda parte importante de lo que nos hace existir y le pagamos contaminando. Tal vez sea por emular o tal vez no.
Después de que hayamos contaminado todo, incluso nuestra propia persona, habremos dejado de existir.
Nos quejamos de los efectos de la contaminación en nuestras vidas pero no hacemos nada por evitarlo.
Somos creadores de la contaminación, la hicimos parte de nuestro existir y hoy empezamos a pagar la factura por ello.