MI CHILAPA QUERIDO

KAREM GUADALUPE REYES MEZA, ALUMNA DEL 2° SEMESTRE DE LA LICENCIATURA EN INTERVENCIÓN EDUCATIVA. UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA NACIONAL, SEDE REGIONAL: ZACAPOAXTLA PUE.

Cómo extraño salir con mis amigos por las calles empedradas, bajo la luz de la luna, comer un elote asado, ver cómo los niños juegan por todo el zócalo, sin miedo a nada, esos niños que no saben lo que pasa en nuestro Chilapa querido.

Cómo extraño salir de fiesta y reunirnos en el monumento a la madre, ese punto de encuentro que todo Chilapa conoce. Pero se preguntarán ¿Por qué extraño eso? Por la maldita inseguridad que vive cada uno de los chilapeños y chilapeñas, saber que en cualquier momento te llegará una bala, no deja vivir tranquilo, quita el sueño, quita el hambre, quita las ganas de vivir

Hoy recibí una mala noticia de que otro amigo ha desaparecido, toda la familia está sufriendo por su ausencia, muchos dicen “hay que tener  fé en dios, él lo traerá de vuelta” y al aparecer dios lo trajo, pero muerto; si muerto, en condiciones deplorables, en pésimas condiciones que no se puede identificar, ¿qué necesidad hay de que te descuarticen y te quemen?

Es mejor que sea con un balazo y no de esta manera. Hoy mi amigo ya está descansando, pero no me imagino el dolor que sintió en ese momento que dejo este mundo y más el dolor de sus padres, su hermano y demás familiares. Me duele ver que mi propio hermano esté sufriendo porque le quitaron a un amigo de toda la vida, a ese amigo que vimos creer, convertirse en papá, un hombre trabajador y hoy ya no estará con nosotros. Todos sufrimos esta pérdida, yo estando aquí, no los puedo acompañar y siento tanta impotencia de que estos malditos aún siguen haciendo de las suyas.

¿Cuándo se acabará esto? Espero que pronto, mis padres por miedo no quieren que los vaya a visitar, por ese miedo que a todos nos invade, que carcome las entrañas, que paraliza la respiración y los latidos. Pero nosotros no debemos nada y tenemos miedo, miedo porque en cualquier momento nos puedan dar un susto, o enfrentarse a balazos y que sin deberla, ni temerla, salgamos perjudicados.

El gobierno, ese maldito gobierno que dice que en Chilapa “no pasa nada”, que hay mucha seguridad, ¡¡¡qué seguridad ni que la chingada!!!, ellos están con esos malditos delincuentes, por eso a ellos no les pasa nada, el ejército se hace de la vista gorda, saben perfectamente quiénes son los maleantes, pero entonces ¿por qué no los atrapan?, ¿será que les dan su mochada?, eso da mucho en qué pensar.

Cómo duele ver así a mi Chilapa querido, cuánta impotencia estruja los músculos de mi cuerpo al ver una noticia, oír que alguien murió, escuchar gritos de angustia, ver las calles vacías, sin la vida y la alegría que veía cada vez que salía a dar el rol por el zócalo, pero aún tengo la esperanza de regresar a mi Chilapa y ver todo cómo antes solía ser.